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viernes, 13 de enero de 2012

Ibsen, Muñoz y Tibisay...


A mi pana Ibsen Martínez, le gusta el béisbol -igual que a mí-. Y digo pana, porque lo vengo leyendo desde que tengo 16 años cuando escribía con Cabrujas, Luis Brito, Nuño y Earle; por no dejar de nombrar a Don Uslar, en aquel cuerpo C memorable de El-Nacional de finales de los 80... Y bueno, ya tengo 42. Pero él no me conoce...

Hoy atiné por casualidad con su artículo titulado «Tibisay». Me zambullí en él como sólo podemos escudriñar en las letras de un gran cronista como Ibsen: «sin miedo»... Cuando leí el título, juro por mis hijas que pensé que se había vuelto loco... La «Tibisay» que conocemos, no se puede «titular» así por más... ¡Le debemos respeto!... ¡Cuidado con una vaina!...

¡Pero no!... Ibsen me la puso «bombita»... El señor Boris Muñoz escribió un artículo y mi pana se atrevió a «curucutearlo»... (De manera interesante, pero no conforme para mí) -por cierto-. Y yo, ni corto ni perezoso, aproveché su travesura para darle piso a una propuesta que vengo martillando con cincel en mi atormentada cabeza desde hace meses... 

¡Vaya momento!... Espero que Ibsen no se moleste si algún día lee éste «manifiesto». En verdad no creo, ¡pero allá va!... Y lo llamo <> porque simplemente así son ellos: «ciertos absurdos, con futuro incierto»...

Ahora bien, para poder entender éste <> (bastante enredado para mí) -por decir algo-, debes leer los dos artículos anteriores en el estricto orden que te los anexo. Si no, estarás algo confundida(o)... ¡No te lo recomiendo!...



¿Ya volviste?... ¡Cuidado!... ¿Vieron qué fue Ibsen no?... ¡Yo no tengo nada que ver!... ¡Qué enredo!...

Ahora voy con mi tesis, pana Ibsen: 

Tibisay «votará nulo», o  «se quedará en su casa»

¡Guaoooo!... ¡Lo dije!... Pues sí, para mí, Venezuela está atiborrada de personas como ella... Y es que, a diferencia de lo que piensan muchos, Tibisay sabe porque lo hace... Su «voto nulo» o su «abstención», será «consciente»...

Y para seguir con el enredo que el mismo Ibsen propició con sus corchetes [  ]..., yo encierro en «llaves» {  } lo mío...

[ Sentado en el banco junto a Tibisay, escogiendo con cuidado cada palabra para no romper el hechizo de nuestra conversación, por fin me atreví a preguntarle: ¿Crees que el presidente deba permanecer por un nuevo periodo?
"No veo un remplazo todavía. Leopoldo no está listo. Mi mamá dice que Pablo Pueblo es el hombre. Se ve fuerte físicamente, pero eso no es suficiente. Y a mí no me convence. Sin embargo, creo que Chávez ya cumplió y que hay que dar paso a otro presidente".
Al decir esto, Tibisay se despidió diciendo que ya había terminado la hora de catecismo y debía recoger a su hija.]
Tibisay, como se ve, no está todavía en ese trance que los venezolnaos solemos describir con la expresión “no aguanta dos pedidas”. Pero me late que para allá va, desde que piensa que Chávez  ya le cumplió.
¡Si tan sólo el candidato unitario supiese acercarse a ella! ]
¡Vaya!... Rescato una frase; el resto, hablan por sí solas...: 

{ "Tibisay, como se ve, no está todavía en ese trance que los venezolanos solemos describir con la expresión “no aguanta dos pedidas”. Pero me late que para allá va, desde que piensa que Chávez  ya le cumplió.
¡Si tan sólo el candidato unitario supiese acercarse a ella!  }

¡Discrepo pana Ibsen!... «Tibisay no aguanta dos pedidas: aguanta mil», siempre las ha aguantado... Además, no hay manera de que un candidato (que llamas unitario por respeto y no sé por qué más), pueda acercarse a ella... 

Ellos, no conocen a Tibisay, ni a nadie que se parezca a ella...

La cercanía de las elecciones presidenciales no nos permitirá encontrar las respuestas y la esperanza de Tibisay. Aquella que comience a darle cabida a un nuevo modelo de política incluyente de sectores que escépticos, prefieren “no alinearse”, pero seguir atentos. Y en otros casos, replegarse en su individualidad y desaparecer al filo del desencanto y la desesperanza.

La ciudadanía en ocasiones muestra un rostro que nos asusta: aquel del radicalismo y de la conveniencia. Es allí donde se encuentra el mejor cultivo para despertar en un nuevo estadio. En mi opinión concreta, aquel que apunta al sendero del equilibrio sesudo, pertinente, asfixiado de buena orientación política y, por supuesto, deslindado de la pretensión oculta del asalto del poder para luego “voltear la tortilla”, logrará darle un buen abrazo a Tibisay...

Yo, al igual que ella, «votaré nulo»...

Y mi consciencia quedará tranquila... Imaginen en Venezuela votando nulo en un 8%... Es decir: «Un millón de personas»...

Bueno, si son más, no me culpen, yo no tengo nada que ver en eso... Pero, ¿vaya golpe no?... Perdón, esa palabra es peligrosa; ¿vaya campanazo no?...

«Votar nulo», es como ir al parque y conseguir la grama verde y pequeñita en un día soleado de trote... El paso será suave, y la grama siempre será tu pie apuntando al ventarrón de una apuesta... Esa, que espera deslastrarnos de ese momento terrible en el cual, hay que votar por quien sea, por salir de alguien... ¡Yo paso y gano!...

Pana Ibsen, Tibisay será pasto de un camino que estoy seguro, nunca apuntará a la MUD ni a nada que se le parezca...


El cuento del mundo al revés...

CELAC - Integración de culturas.
"Hay unas tardes de sol primaveral en que se oyen más las chicharras que los carros, y uno duerme en el piso número quince de un rascacielos de vidrio soñando con el canto de las ranas y el pistón de los grillos, y se despierta en unas albas atronadoras, pero todavía purificadas por los cobres de un gallo. Es el revés de los cuentos de hadas: la feliz Caracas."

Gabriel García Márquez

Cito con alevosía al Gabo en momentos de lucidez y de infelicidad colectiva. Vaya locura en la que puede sucumbir un país ante su incomprensión. Vivir en Caracas, en Maracaibo o en San Cristóbal, puede llegar a ser infernal. ¿Pero quién la hace invivible?... Cada vez me convenzo más que somos nosotros mismos en esta especie de mundo al revés en el que vivimos.

El Gabo fotografió de manera única a Latinoamérica en <<Cien Años de Soledad>>. Allí ocurre todo lo que un nuestra atribulada tierra puede ocurrir: travesías continuas de pueblos; generaciones enteras viviendo mágicamente su soledad, su cotidianidad y su tragedia; barcos inmensos encallados en ríos; al Coronel Aureliano Buendía levantando los brazos ante el pelotón de fusilamiento, en medio de un ardor insoportable causado por los golondrinos que le carcomían las axilas; en fin, un mundo de soledades que se confunde sigilosamente con la realidad.

La humanidad de hoy está sumida en una realidad que nos empuja a cambiar y a abrir espacios a otros modelos. Modelos que apunten a ayudar a la gente a vivir mejor. Que soporten un crecimiento sostenido en el cuidado del medio ambiente y en el respeto a la soberanía de los pueblos a asumir sus caminos libremente.

¡Allí comienza la diatriba! ¡Allí nos sorprende la locura de una sociedad incomprendida!...

Son las 07:30pm y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe está siendo instalada. Es un hecho trascendente reunir a los países de esta gran tierra en una sola voz; una voz altisonante y sabia que busca asumir sus retos y sus modelos sin intromisión.

¿Acaso nos queda alguna duda de que Latinoamérica y el Caribe son  <<una gran tierra>>? ¿Qué en ella se puede construir un gran eje de desarrollo humano y de grandes patrias? ¿Patrias independientes pero integradas en un sentimiento de libertad y de soberanía?...

Tenemos una silueta de mujer con caderas anchas y piernas bonitas. De hombres con espaldas fuertes y cabalgadura irreverente. Tierras fértiles por doquier. Ríos caudalosos que atraviesan en (sugiero: como) venas atiborradas de vida todo el continente. Selvas amazónicas que vierten a la atmósfera un gran porcentaje del oxígeno que respira. Inmensos yacimientos de petróleo y gas. Grandes extensiones de mar con reservas incalculables de vida acuática. En fin, somos una tierra grande y la pregunta que cabe hacernos es: ¿Debemos o no unirnos? ¿Tenemos o no que andar enlazados en aras de una vida mejor para nuestros pueblos?

En mi opinión, no queda otro camino... No hacerlo, es perder la oportunidad que el momento histórico nos ofrece de armarnos del valor político para hacernos sentir como una sola voz.

He allí en donde te asaltan los cuentos del mundo al revés: Cacerolas que suenan en contra de ellos mismos en un sentimiento mezquino. En aquél en donde unirse e intercambiar valores históricos y de futuro, significa regalar nuestro dinero. En una <<mesa de la unidad democrática>> que prefiere revisar las instituciones existentes -como la OEA-, porque es más fácil y menos burocrático...

¡Vaya, vaya!... No terminan de entender lo que ocurre en nuestro país y en el mundo. Aún nombran con nostalgia los modelos económicos y políticos conocidos que andan rodando por el piso de todo el mundo; naciones enteras en quiebra y otras ocultándolas cínicamente, y aún las defienden como los modelos a seguir. ¡Qué fallo!... -diría Rubén Blades


Estoy convencido que ese no es el modelo a seguir, y que tampoco es éste el que en Venezuela se gesta en  <<Revolución>>. Sigo trajinado en la necesidad de un camino intermedio. Ese que hará que todos estemos incluidos en él y que termine de una vez por todas con esta locura de cuentos al derecho y al revés de nuestros enardecidos días...