Búsqueda en el blog...

miércoles, 14 de marzo de 2012

El béisbol y la política...

Earle Herrera escribió hace pocos días un artículo comparando los resultados de la oposición en las primarias, con la victoria “pírrica” del Magallanes ante Caribes de Anzoátegui el día aquel del triple empate. El asunto fue que Magallanes ganó el primer juego y quedó exhausto para el segundo; por supuesto, perdió a palo limpio ante los “fresquitos” Tiburones de La Guaira que los esperaban en la “bajadita”...

Pensar que eso mismo ocurrirá el 7-O no es más que una travesura típica de la elocuencia de Earle, pero que demuestra algo de desconocimiento de lo que significa jugar béisbol ——por no aventurarme a decir que sobre jugar en política——. En el béisbol los jugadores no se cansan en esas lides decisivas; ¡eso no existe!... ¡No se diga más!...

La oposición que tanto hemos defenestrado en el pasado en sus participaciones y actuaciones electorales, dio un “inmejorable” ejemplo el 12-F al escoger su candidato presidencial de manera democrática y con una participación abrumadoramente imprevista. No comulgar con ésa oposición, no puede, ni debe hacer perder la sindéresis a nadie. Me rehúso a pensar que esa enfermedad se contagia. ¿Cómo entender que los argumentos que la oposición esgrimió a cuentagotas en cada elección del pasado, sea el mismo que hoy sacude al Gobierno?... “Fraude”... “Fraude”... ¡Vaya!... ¿Ahora sí? ¿Ahora se volteó la tortilla?...

Nuestro estadio de política (no beisbolístico), nos reclama su mejor traje y, hasta hoy, la veo vestida en harapos desgarrados. La polarización extrema genera estos sobresaltos a veces inentendibles. ¿Por qué el Gobierno y sus personeros se “pican” tanto?...

De éstas primarias los más importante a rescatar ——en mi opinión——, es el darnos cuenta en qué país vivimos. Estamos convencidos de Democracia; convencidos de camaradería; de Venezolanismos; de astucia y de torpeza; de vaivenes sospechosos ——hasta de nosotros mismos——.

Cabrujas decía en la inexpugnable entrevista que le hicieran en el año 1987, “El Estado del Disimulo”, que “el Estado es un brujo magnánimo, un titán repleto de esperanzas en esa bolsa de mentiras que son los programas gubernamentales”.

El cambio real en nuestro país se gestará en los seres humanos de las próximas generaciones. Ellos deberán entendernos en una política diferente. Deberán jugar a una política diferente. Aquella que muestre la vida del común de la gente tal y como es. Como lo dice Cabrujas al referirse a su obra Acto Cultural: “Creo que la sociedad Venezolana, está basada en una mentira general; en un vivir postizo. Lo que me gusta, no es legal. Lo que me gusta, es un error. Entonces, tengo que mentir”. El tino de Cabrujas no deja de asombrarme por su vigencia atemporal. 

Mentirnos y engañarnos continuamente es nuestra peor tragedia. La política de la mentira nos tiene en este “tírame y encoge” que ya nos confunde a todos. Al punto de ya no saber que es verdad, y que es mentira.

Mentir en el béisbol, es normal. Si no mientes en tus intenciones, el manager contrario te descubre la estrategia y te gana. Mentir en política, pareciera ser normal, pero que daño nos hace...

1 comentario:

  1. Excelente articulo, sin una palabra de mas o de menos

    ResponderEliminar