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viernes, 11 de mayo de 2012

La política y la oportunidad...



Aristóteles en su gran obra: La Política, definió al hombre como un Animal Político. En ella, profundiza sobre el concepto de una Polis (comunidad política, ciudad o ciudad estado) y el papel de la Política y de la Ética que ese hombre, deberá ejercer para alcanzar una Sociedad que lo vincule con el Bien común del Pueblo.

Esto pareciera ser muy filosófico y complejo, pero no lo es. Es nuestro día a día en Latinoamérica. Somos protagonistas de un proceso sistemático de Politización que nos trae de cabeza. Somos personajes de una obra de teatro en pleno montaje y con un público ávido de respuestas y lleno de aplausos.

Y es que una de las peores tragedias de nuestro país, fue la que nos sepultó en la Apatía política de finales de los años 80 y mediados de los 90. Fueron 15 años en los cuales, hacer política, era para corruptos y vagos que querían hacer dinero fácil en nombre del pueblo. Los Políticos eran una especie de seres inhumanos que debían ser execrados de la sociedad. Detrás de toda ésta detracción furibunda y bien planificada, estaban los Medios, un grupo de Notables y las Grandes empresas que querían Desmovilizar a la gente y concentrarla en su Individualidad; en su Crecimiento personal, familiar, y en un completo olvido de su país y de su Oportunidad de ayudarlo a salir adelante.

¡Y lo lograron!... ¡Vaya que lo lograron!...

En aquellos tiempos la Participación política era “espasmódica” y “rutinaria” cada 5 años en las elecciones Presidenciales. Y desde 1.988, cada 3 años en las elecciones de Gobernación, Alcaldías y Juntas Parroquiales. La Alternabilidad tan recordada hoy por muchos, era recurrente: 5 años Acción Democrática y 5 años el Partido Social Cristiano Copei. Todo transcurría en la “Normalidad”, hasta que, en el año 1.994, el Dr. Rafael Caldera (Q.E.P.D), se montó sobre la silla de los Golpes de Estado del año 1.992, y logró romper fuentes con el nacimiento del partido Convergencia. Esa propuesta tuvo su bemol de origen: “No iba a gobernar él...” Lo haría una especie de mano invisible y grupo de Expertos que llevaría al país por el camino del “Progreso”. Un Plan económico que haría de Venezuela, el país más prospero del mundo.

¡Los resultados, los conocemos todos!...

Hoy el país es otro, y rescato como un Hecho, que estamos Politizados hasta los huesos... Eso es algo que sólo puede catalogarse como bueno. Somos individuos en constante e impaciente intercambio político en las calles, colegios, familias y en el País Nacional entero.

Ahora bien, en este escenario Politizado, ¿cómo deberíamos de portarnos en nuestra Ética?... Por supuesto, debemos entender el significado de esa palabra. Según Aristóteles y otros filósofos, la Ética estudia los Actos del ser humano desde el punto de vista de la Moral el Deber y la Felicidad del Buen vivir. Y el cómo esos Actos, son ejercidos de manera Racional hacia un Bien o hacia un Mal. Por supuesto, definir “Bien” o “Mal” no es sencillo, porque la subjetividad siempre será un prisma muy oblicuo desde el cual ver la realidad. Sin embargo, en una sociedad Democrática como la nuestra, existen Leyes que nos ubican de un lado, o del otro. Y allí nuestra Ética, debe ser totalmente Imparcial.

He allí nuestra mejor vara para medir nuestras acciones...

El 7 de Octubre, bien adentrada la noche, tendremos un resultado electoral que el país deberá aceptar. Y la hipótesis que propongo, sólo busca medirnos un poco en nuestra Ética de ciudadanos Politizados. Y es que nuestros Actos posteriores, serán la medida perfecta de la Madurez que hemos alcanzado como sociedad en estos últimos 13 años.

La hipótesis: El Presidente Chávez, es re-elegido por 6 años más. No importan las cifras; sólo importa el hecho.

El resultado: El país opositor queda en estado de conmoción, y decide en su frustración, no participar en las elecciones de Gobernadores de Diciembre.

En este escenario sólo nos queda preguntarnos: ¿Qué pasó?... ¿Será que la Oposición política organizada, no fue clara y sincera con sus seguidores?... ¿Será que lo que decía Cabrujas en el Estado del Disimulo al referirse a lo que un candidato habla en época electoral, es un clavo en el zapato?: “Un candidato que no nos prometa el paraíso es un suicida. ¿Por qué? Porque el Estado no tiene nada que ver con nuestra realidad. El Estado es un brujo magnánimo, un titán repleto de esperanzas en esa bolsa de mentiras que son los programas gubernamentales.

Bajo la hipótesis que pongo en el papel, lo que queda Éticamente, es Actuar como un Político y como un Ciudadano Consciente. En el caso del Político, es su deber abrir los contextos de la realidad a sus seguidores, en los cuales, su expectativa no se cumple. De esta manera, no se sentirá Frustrado. En el caso del Ciudadano, sopesar su Acción sobre aquella que mejor Bien le haga a su Comunidad (o a su Polis, como la definió Aristóteles). Es decir, mantenerse activo y en actitud de sustentación de su posición Política.

En mi opinión, las relaciones de poder y los Espacios Políticos disponibles, no deben cederse; deben accederse en el marco de la discusión Ética de las Ideas y de la opinión en Elección libre. Así, las Oportunidades de Reordenar dichas relaciones, serán, en los próximos meses, la razón de ser de nuestra Estabilidad como país Democrático que somos.

Políticos, ¡a hacer política!... Ciudadanos, ¡a participar sin contemplación!...

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